Otello - Schedule, Program & Tickets
Otello
Marco Armiliato | Conductor
Christine Mielitz | Dirección
Cristiano Floren | Etapa
Cristiano Floren | Trajes
Peter Seiffert | Otello, Comandante De La Flota Veneciana
Carlos Álvarez | Jago, Alférez
Véronique Gens | Desdémona, La Esposa De Otelo
| Cassio
| Rodrigo
| Lodovico
| Montano
| Un Heraldo
| Emilia
Tenemos que estar agradecidos a Arrigo Boito y Giulio Ricordi, el libretista y el editor de Giuseppe Verdi respectivamente. Fue, en efecto, gracias a su perseverancia que el compositor salió de su casi retiro para crear Otello (Otelo en español) y llevar finalmente a la práctica su visión de la ópera, liberada de las convenciones del pasado. O eso es lo que se cree. Tal vez Verdi no se vio tan forzado como parecen sugerir los documentos históricos. Según el propio Verdi, siempre estuvo especialmente interesado en Shakespeare.
Las expectativas del público eran altas en la noche del estreno de Otelo en el Teatro alla Scala de Milán el 5 de febrero de 1887. Y los espectadores no salieron decepcionados. Para muchos, Otelo es el apogeo de la carrera compositiva de Verdi, la obra con la que el maestro descubrió cómo aprovechar cada nota de la música en beneficio del drama.
En la historia, las celebraciones por las hazañas de Otelo en la batalla se ven rápidamente atenuadas por las maquinaciones de su propia corte. El amargado Yago, enfadado tras ver que han promocionado a Casio y no a él, busca venganza alentando a Roderigo para que seduzca a Desdémona, la mujer de Otelo. Y así comienza una trágica secuencia de acontecimientos orquestados por Yago, una alegoría del mal que va incluso más allá de la inventiva de Shakespeare, que llevan a Otelo a asesinar a su esposa, y a Casio, a quien Otelo creía amante de Desdémona, a ser eliminado por Roderigo.
Las melodías de Otelo son tan espléndidas y evocadoras como todas las que Verdi escribió, pero lo que marca la diferencia con las de sus obras precedentes, es que no recurren a la repetición. Cuando Wagner utilizaba técnicas similares, lo hacía con el propósito de suspender el tiempo; en Otelo, Verdi las utiliza para hacer avanzar la acción. Gran favorita desde hace mucho tiempo en la Ópera del Estado de Viena, Otelo promete una irresistible velada de ópera que cautivará toda su atención de principio a fin.
Christine Mielitz | Dirección
Cristiano Floren | Etapa
Cristiano Floren | Trajes
Peter Seiffert | Otello, Comandante De La Flota Veneciana
Carlos Álvarez | Jago, Alférez
Véronique Gens | Desdémona, La Esposa De Otelo
| Cassio
| Rodrigo
| Lodovico
| Montano
| Un Heraldo
| Emilia
Tenemos que estar agradecidos a Arrigo Boito y Giulio Ricordi, el libretista y el editor de Giuseppe Verdi respectivamente. Fue, en efecto, gracias a su perseverancia que el compositor salió de su casi retiro para crear Otello (Otelo en español) y llevar finalmente a la práctica su visión de la ópera, liberada de las convenciones del pasado. O eso es lo que se cree. Tal vez Verdi no se vio tan forzado como parecen sugerir los documentos históricos. Según el propio Verdi, siempre estuvo especialmente interesado en Shakespeare.
Las expectativas del público eran altas en la noche del estreno de Otelo en el Teatro alla Scala de Milán el 5 de febrero de 1887. Y los espectadores no salieron decepcionados. Para muchos, Otelo es el apogeo de la carrera compositiva de Verdi, la obra con la que el maestro descubrió cómo aprovechar cada nota de la música en beneficio del drama.
En la historia, las celebraciones por las hazañas de Otelo en la batalla se ven rápidamente atenuadas por las maquinaciones de su propia corte. El amargado Yago, enfadado tras ver que han promocionado a Casio y no a él, busca venganza alentando a Roderigo para que seduzca a Desdémona, la mujer de Otelo. Y así comienza una trágica secuencia de acontecimientos orquestados por Yago, una alegoría del mal que va incluso más allá de la inventiva de Shakespeare, que llevan a Otelo a asesinar a su esposa, y a Casio, a quien Otelo creía amante de Desdémona, a ser eliminado por Roderigo.
Las melodías de Otelo son tan espléndidas y evocadoras como todas las que Verdi escribió, pero lo que marca la diferencia con las de sus obras precedentes, es que no recurren a la repetición. Cuando Wagner utilizaba técnicas similares, lo hacía con el propósito de suspender el tiempo; en Otelo, Verdi las utiliza para hacer avanzar la acción. Gran favorita desde hace mucho tiempo en la Ópera del Estado de Viena, Otelo promete una irresistible velada de ópera que cautivará toda su atención de principio a fin.
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