La Wally - Schedule, Program & Tickets

La Wally

La Wally, la última ópera de Alfredo Catalani, podría haberse beneficiado del tipo de subtítulos que los compositores de una época anterior utilizaban a menudo para explicar lo que iba a ocurrir en sus obras. Si bien para los hispanohablantes el título de esta ópera no supone ningún problema de malinterpretación, puede causar confusión en los anglófonos que no tengan ningún conocimiento previo de su historia. Así, deberíamos comprender si confunden el nombre “Wally”, palabra informal sinónimo de estúpido en inglés, con la forma en la que Catalani lo utiliza: simplemente como un diminutivo del nombre de la protagonista principal, Walburga. Lo que se esconde realmente bajo dicho título es un extraordinario relato de venganza y remordimientos que presenta una de las maneras más ingeniosas jamás imaginadas para eliminar a una heroína: ¡una avalancha!

La historia comienza mostrándonos a Stromminger, rico terrateniente alpino, quien preferiría que su hija, Wally, se casase con su compañero de caza, Gellner, en lugar de caer en los brazos del engreído cazador Hagenbach, el hijo de su enemigo jurado. Wally, hermosa pero testaruda, se niega rotundamente y abandona furiosa la casa de su padre para vivir en las montañas. Un año después, Stromminger ha fallecido, y Hagenbach, comprometido ahora con Afra, la dueña de la posada del pueblo, ha olvidado prácticamente a Wally. Sin embargo, le roba un beso, aunque solamente lo hace motivado por una apuesta. Furiosa por la insensibilidad del hombre al que ama, Wally pide a Gellner que mate a Hagenbach, pero inmediatamente lamenta sus palabras. Desafortunadamente, Gellner, que todavía ama a Wally, ha empujado ya a Hagenbach por un barranco. Horrorizada, Wally salva a Hagenbach de una muerte cierta, descubriendo así el lugar que sellará el destino de ambos.

El público tiene ahora la oportunidad de descubrir La Wally, estrenada el 20 de enero de 1892 en el Teatro alla Scala de Milán, gracias a una rara representación en la Volksoper Wien. Con nada menos que Arturo Toscanini, el mejor director de orquesta de su época, declarándose él mismo fan de la obra de Catalani, es increíble que las óperas de este último no sean representadas con más frecuencia. Una explicación podría ser que la muerte prematura de Catalani, solamente algo más de un año después de la première de La Wally, le impidió alimentar la rivalidad naciente entre él y su más famoso compatriota, Giacomo Puccini.

Eso habría sido una competición fascinante: Puccini adoptando el exotismo mientras que Catalani encontraba su inspiración en el neo-romanticismo, en entornos que le acercaban más a Wagner que a Verdi. El aria más popular de La Wally, Ebben? Ne andrò lontana, con su maravillosa introducción cromática interpretada por los violines de la orquesta, hace claramente eco del acercamiento armónico del compositor alemán. Si Catalani hubiera vivido más tiempo, dado que tanto él como Puccini nacieron en el mismo lugar, la ciudad de Lucca, ésta habría visto a dos de sus hijos luchar por el derecho a ser aclamado como el gran representante del verismo.

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