La comedia trágica de Jonathan Spector, creada en 2018, lleva al extremo toda la irreconciliabilidad de los últimos años y hace visibles las preguntas apremiantes que hay detrás: ¿Qué entendemos por democracia? ¿Cómo queremos tomar decisiones? ¿Qué oportunidades de implicación y participación debería haber? ¿Están los intereses de la comunidad limitados por la libertad individual? ¿O más bien al revés?