El esplendor se ha ido, la monarquía se ha ido, incluso Prater, Hitler y Haider se han ido, ya no hay Félix Austria, ni imperio mundial, nada. En el Museo de Historia Natural, la muerte se asoma macabramente a través de todos los cristales de las antiguas vitrinas, los ojos de cristal de los animales muertos brillan. Los vieneses son expertos en conservación y especialistas en apariencia. Están abrazando a los taxidermistas. Y aquí la muerte puede parecer más vivaz y poderosa que la vida misma: Francisco José, María Teresa, Sisi... todos ellos todavía viven aquí, y los fantasmas de Heldenplatz también vitorean y gritan. Los muertos caminan entre nosotros y son muy animados